La municipalidad reforzó la tarea que se venía llevando adelante, con personal abocado, y en conjunto con una cooperativa local.

Hasta el momento, había cerca de 1000 bolsas plásticas dispersas tanto en el predio del relleno, como en los alrededores.

Además, se implementó una normativa municipal que prohíbe que los comercios entreguen bolsas plásticas, y las cambien por otro material.

En cuanto al relleno sanitario, el material ingresado se comenzó a separar por celdas, y se hizo un trabajo de “pisado y tapado”, lo que demandó tiempo y más personal municipal y de una cooperativa. Ahora se pretende habilitar otra celda, debido al aumento de la cantidad de residuos.