El 17 de diciembre de 1998, María Cristina Cañete Vega fue asesinada de un tiro en la cabeza, a 500 mts de la entrada del Parque Nacional. El crimen sigue impune.
Hoy, Cristina Cañete, hija de María Cristina, continúa buscando justicia, y denunciando la impunidad. “Cuando uno es familiar y víctima de la impunidad lucha contra todo un sistema. Y en un sistema no todos piensan como como yo, pero nos tenemos que poner de acuerdo, hay muchos intereses, lo importante es que como sociedad coincidimos en que necesitamos más seguridad y justicia”, dijo Cañete por FM Del Pueblo.
“Cuando escuchaba a Roxana Muriel, la hija de Marta Trabuchi, me contó que a la mamá le destrozaron la cabeza con algo contundente. A Tita Cárdenas también”, relató Cañete.
Marta Trabuchi fue asesinada en Ushuaia el 6 de enero de 1990, sin nadie que haya rendido cuentas en la Justicia. “Tita” Cárdenas fue encontrada muerta a apuñaladas en su vivienda de Don Bosco 377 el 1 de diciembre de 1996, aunque las pericias revelaron que había sido asesinada, el día anterior. Tampoco hubo ninguna condena por el crimen.
Según Cañete, la Justicia no cuenta con algo elemental para investigar un caso de estas características: Un detector de metales. “No se encuentra el arma si no tenemos un detector de metales, estamos totalmente desprotegidos”, afirmó Cañete.
Y la lista de casos sigue, también la lista de impunidad. “Qué nos está pasando? Por qué tanto silencio? La política está metida en todo esto”, advirtió la mujer.
Y relató un episodio sucedido durante una de las marchas reclamando justicia: “Lo último que me pasó fue que el sector de la Cámpora no quería que marcháramos con los carteles y de ahí nunca más se marchó. A la cabeza estaba Laura Ávila entre otros personajes. Ningún sector político nos acompañó, miran para otro costado”.
“Hemos presentado el primer petitorio contra la violencia y otra vez nos salieron a atacar desde la Secretaría de la Mujer de Ushuaia, una mujer que está implicada en la causa de Matías Rodríguez”, aseguró Cañete.
La mujer, que es comunicadora social, afirmó que a veces tiente temor: “Yo me tuve que cuidar sola, en mi casa ponía un montón de sillas, porque creía que iba a entrar alguien a matarme. Eso pasa cuando los asesinos están libres”.