El 5 de septiembre se celebra el Día de la Mujer Indígena en conmemoración de Bartolina Sisa, aymara que luchó contra el imperio español y fue juzgada 1782 a una ejecución pública y cruel. La fecha se instauró en el Segundo Encuentro de Organizaciones por los Legítimos Derechos de las Naciones Originarias para recordar a una de las grandes sublevaciones indígenas contra la explotación española.

En las noches de marzo de 1781, las cumbres de los cerros de los alrededores de La Paz fueron alumbrados por hogueras y se impuso el sonido fuerte y ronco de los «potutos» —las bocinas de cuerno de buey— de las tropas aymaras. El 13 de marzo de ese año comenzó lo que sería el acontecimiento militar más destacado dentro de las sublevaciones indígenas de fines del siglo XVIII contra el colonialismo español: el sitio a La Paz, encabezado por Bartolina Sisa y Tupac Katari.

En las sublevaciones aymaras de principios de la década de 1780, Bartolina Sisa comandó y obtuvo la obediencia de sus tropas junto a su esposo Tupac Katari, fue nombrada virreina del Inca e intervino con ideas y consejos sobre el desarrollo de la insurrección. Cuando La Paz fue sitiada en marzo de 1781, para no desatender los dos campamentos principales, Katari se hizo cargo de El Alto y Sisa de Pamjasi, de forma complementaria.

Aunque los españoles poseían armas de fuego y una mayor técnica de guerra, las tropas de Katari y Sisa causaron temor no sólo porque llegaron a ser 80 mil combatientes, sino también por su destacada ofensiva. Por esta razón, el ejército realista recurrió a incitar la traición dentro de las tropas indígenas. Así, Bartolina Sisa fue apresada el 2 de julio de 1781.

En la prisión, los españoles intentaron que Sisa confesara y, en cambio, recibieron una de sus más célebres declaraciones. Cuando la interrogaron sobre las motivaciones que la llevaron a la rebelión, ella contestó: “Para que extinguida la cara blanca, sólo reinasen los indios”.

El 10 de noviembre de 1781, Tupac Katari fue sorprendido y capturado por el capitán de la Infantería de Saboya, Mariano Ibáñez, producto de otra traición dentro de sus tropas. Dos días después fue sentenciado a una muerte cruenta en la Plaza de Peñas. Esta noticia llegó a Bartolina Sisa, y su propia sentencia de muerte fue declarada un año más tarde, el 5 de septiembre de 1782, dictada por el oidor Francisco Tadeo Díez de Medina.

“Seguimos recordando para mantener viva la memoria de las mujeres que en su momento alzaron su voz contra la indignidad y por los derechos”, dijo Margarita Maldonado, descendiente de la comunidad Shelk´nam.

Margarita, junto con Mirta Salamanca, de la misma comunidad, y Alejandra Cayún, de la comunidad Mapuche, brindarán una charla en el Museo Virginia Choquintel, hoy a las 14 hs.

“Es el trabajo que hacemos las mujeres, manteniendo la transmisión ancestral, la tradición, la cestería, al arte. Como mi madre, mi bisabuela lo hicieron con las mujeres yaganes, nos queda la abuela Catalina Filgueira en Ushuaia, del pueblo yagán”, concluyó Margarita.