Las declaraciones del papa Francisco referentes al derecho de “las personas homosexuales a estar en familia” cubiertas por una “ley de convivencia civil” causaron impacto en todo el mundo.
En Argentina, donde el matrimonio igualitario es ley hace diez años, la noticia tuvo repercusión en la comunidad LGBT+, donde los referentes de organizaciones sostuvieron que las palabras de Francisco pueden considerarse un avance simbólico en relación a la postura histórica del Vaticano, pero advirtieron sobre su alcance político.
“El llamado del papa apela simplemente a un trato razonable frente a una irracionalidad que es real: somos expulsados de nuestras familias. Él afirma que las personas homosexuales tienen derecho a estar en familia y llama a no echarlas”, le dijo Marcelo Suntheim, vicepresidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), al diario Página 12.
Para Suntheim “esto puede ser positivo en términos individuales. Un católico homofóbico quizás desista de violentar a alguien, pero no creemos que tenga efectos políticos o legislativos. La posición institucional del Vaticano sigue siendo que la homosexualidad es una desviación de la naturaleza humana”.
En este sentido, Suntheim hizo hincapié en que Francisco no menciona al matrimonio, sino que “apela a una figura de unión convivencial que en muchos casos puede favorecer derechos, pero que depende del parlamento de cada país en que se trate. De sus palabras se deduce que no se reconoce en su totalidad los derechos de familia que tenemos”.
“En el continente americano, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ya reconoció en 2017 que el matrimonio igualitario es un derecho protegido”, indicó por su parte Martín Canevaro, de la organización 100% Diversidad y Derechos.
Canevaro hace referencia a la “Opinión consultiva sobre identidad de género e igualdad y no discriminación a parejas del mismo sexo”, a través de la cual la Corte determinó, entre otras cosas, que los Estados deben garantizar el acceso de las parejas homosexuales a las herramientas jurídicas que ya existen en cada país, lo que comprende al matrimonio.
“El peligro es que estas declaraciones sean una válvula de escape para los gobiernos que no quieren avanzar por el lado del matrimonio y sí por la unión civil, y que esta opción aparezca como en Argentina en 2010, como un tapón en oposición al matrimonio”, explicó Esteban Paulón, miembro de la comisión directiva de la Federación Argentina LGBT+ (FALGBT+) y director de la ONG Instituto de Políticas Públicas LGBT+.
En sus palabras pronunciadas en el documental, luego de abogar por “una ley de convivencia civil”, Francisco sostiene: “Yo defendí eso”. Según señaló Paulón, la posición que el sumo pontífice ahora hace pública “es la misma que expresaba en privado en el 2010, cuando había dos posturas claras: matrimonio o unión civil. Él en privado apoyaba la unión civil y decía que no la iba a confrontar. Cuando avanzó el proyecto de matrimonio envió la famosa carta donde habla de ‘guerra de Dios'”.
“En el 2010 la estrategia fue bloquear el matrimonio al promover la unión civil”, coincidió Canevaro, quien de todos modos aseguró que hay que tener una “doble mirada” en relación a las declaraciones de Francisco, teniendo en cuenta lo que sucede en otras partes del mundo: “Es importante que reconozca el derecho de las personas LGBT+ a formar familia, ya que hay personas que enfrentan discriminación y persecución penal en distintas partes del mundo, que en algunos países incluye la pena de muerte. Que se pase de hablar de ‘pecadores’ a ‘derechos’ es un paso gigante, pero el derecho que corresponde es el matrimonio”.
Paulón coincidió en que las declaraciones “tienen un impacto importante. En términos simbólicos, para las personas católicas dentro de la comunidad LGBT+ es importante que el líder de la institución revierta el discurso de odio que históricamente los ha violentado”.
Así y todo, el integrante de la FALGBT+ advirtió que “se trata de una declaración individual en una película, no está en un marco institucional. ¿Cómo impacta al interior de la Iglesia? ¿Van hacia un cambio doctrinario? ¿Van a bendecir a parejas homosexuales? ¿Se van a abstener de opinar en la legislación de los países? En Chile ahora mismo se discute el matrimonio. ¿Van a dejar de opinar o van a usar la unión civil como tapón?”.
“Los mismos derechos con los mismos nombres” fue la consigna con que el movimiento LGBT+ impulsó la campaña por el matrimonio igualitario que en 2010 terminó por convertirse en ley. Este miércoles, en un comunicado emitido tras las declaraciones de Francisco, la FALGBT+ sentenció que “la Ley de Unión Civil es una ley de ‘Apartheid’, perpetúa la discriminación y la violencia hacia nuestra comunidad”.