El dato surge de la última encuesta nacional realizada por la consultora Analogías, cuya referente es Marina Acosta. En total se entrevistaron a 2.854 ciudadanos de todo el país, con preguntas automáticas a teléfonos fijos y a celulares. La muestra respeta las proporciones por edad, sexo y nivel económico social.
Los datos de Analogías marcan un cambio de tendencia muy notorio. No es un derrumbe, pero sí un fuerte deterioro. Y, sobre todo, una crítica durísima contra casi todas las políticas del gobierno de LLA o del presidente.
Estos son algunos de los números de la encuesta:
El 53 por ciento sostiene que la inflación no está bajando.
El 46 por ciento afirma que el dólar va a subir mucho o bastante.
El 64 por ciento dice que la pobreza no está bajando.
Nada menos que el 87,3 por ciento manifiesta que debe haber una recomposición de emergencia de los haberes de los jubilados. Es una opinión casi unánime.
El 61,4 por ciento está preocupado por el desempleo, que -traducido- significa que tiene fuerte temor a perder su actual trabajo.
Más allá de esos números, hay un dato sustancial.
Antes, una sólida mayoría reconocía que las cosas estaban mal, pero tenía una expectativa sobre el futuro. Ahora, casi la mitad (49,5 por ciento) creen que la situación económica va a estar peor en los próximos dos años. Esa desesperanza es fuerte en las mujeres, en la franja de los que tienen entre 30 y 45 años, en los universitarios y en quienes creen que deberían tener un trabajo mejor.