El FAMP es una caja de más de US$ 150 millones que se nutre con aportes de las empresas radicadas en Tierra del Fuego, al calor del subrégimen de promoción industrial.

Según consigna el diario Clarín, el fondo es presidido por Noelia Ruiz, una ex diputada provincial del PRO que supo anudar relación con el sobrino segundo de “Nicky Caputo”, el “amigo del alma” de Mauricio Macri. Nicky, además de ser el dueño de Mirgor, es el millonario tío del asesor presidencial y primo del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo.

Este lunes se publicó en el Boletín Oficial el Decreto 6/2025 que dispuso el cierre del Fondo Fiduciario para la Vivienda Social, el Fondo Fiduciario del Servicio Universal (FFSU) y el Fondo Fiduciario Prodaf. Con esta medida, ya suman 18 los fiduciarios disueltos, según el ministerio de Economía, “por tener deficiencias identificadas en la gestión de sus instrumentos financieros y por debilidades para velar por un uso transparente y eficiente de los recursos públicos”.

De la cartera que conduce Luis “Toto” Caputo (primo de “Nicky”) también depende el FAMP pero éste no es objeto de ningún cuestionamiento pese a que las decisiones de Ruiz han generado controversia en un sector de oficialismo por polémicas designaciones y por la suscripción de un millonario contrato con un buffet -HSR Abogados- para hacer una auditoría que, hasta comienzos de 2024, realizaba la Universidad de Tres de Febrero (Untref). Casualmente el convenio con la casa de altos estudios se había dado de baja por el oneroso costo que le demandaba a la entidad.

En la última reunión del directorio del FAMP, realizada a finales de diciembre pasado, fueron aprobados varios proyectos, entre ellos dos que pertenecen a Mirgor: un puerto en Río Grande y un hotel cinco estrellas en la capital provincial. También fue autorizado el convenio con el citado estudio de abogados, casualmente, para velar por la viabilidad de los proyectos en estudio, un emprendimiento para la firma Newsan y otro reclamado por la provincia.

El directorio del fideicomiso también tiene una misión importante: controlar los reportes que envían periódicamente las empresas beneficiarias con el régimen impositivo referidos al destino del “ahorro” de una parte de lo recaudado que, en teoría, deben volcarlo a dichas inversiones productivas.