El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció este lunes que el Gobierno Nacional “va a poner a disposición los 100 MHz de espectro que el Estado Nacional le reservó a Arsat para comunicaciones móviles y que no está utilizando, además de los 50 MHz que se encuentran en manos de Enacom”. Estas bandas de frecuencia, indicó el funcionario, “se van a utilizar para el servicio de 5G”. De este modo, el funcionario que cobra más de cuatro millones de pesos dio por formalizado el vaciamiento que se daba de hecho en la empresa estatal: alrededor del 15 por ciento de la planta renunció debido a la falta de inversiones.
Según indicó el vocero presidencial en su habitual conferencia de prensa, que este lunes se realizó por la tarde, la decisión se enmarca en una serie de medidas que se van a implementar para “alentar una mayor competencia entre las empresas del sector” de las telecomunicaciones, “por supuesto apuntando a lo que queremos en todos los ámbitos, que es más competencia, mejor servicio y menor precio”, explicó.
“La habilitación de estos activos”, argumentó Adorni para justificar la privatización, “va a impulsar las inversiones para mejorar los servicios de telecomunicaciones en el país, con mejores condiciones de prestaciones de servicios y menos privilegios de las empresas públicas”.
Milei y sus secuaces ya habían anticipado la privatización de la empresa que convirtió a la Argentina en uno de los ocho países en lanzar su propio satélite. “La idea de que ingrese capital privado a la compañía”, reconoció el titular de la empresa nacional de telecomunicaciones, Mariano Greco en las 34° Jornadas Internacionales ATVC 2024: Innovación para un futuro sostenible, que se realizaron a principios de octubre en Buenos Aires.
“En este momento estamos en un proceso de reordenamiento y puesta en valor de los activos, con la idea de que ingrese capital privado a la compañía y la modalidad va a ser salir a la Bolsa con un porcentaje de las acciones Clase B, las Clase A son las que tiene el Estado” señaló en aquel momento el funcionario. Por el momento, el «reordenamiento» parece un vaciamiento funcional.
Vaciamiento silencioso
La medida anunciada este lunes representa un paso más del Gobierno de Javier Milei en el desmantelamiento de Arsat, la empresa argentina de telecomunicaciones creada por el Estado Nacional el 22 de mayo de 2006 a través de la Ley 26.092, que cumple un rol clave ya que brinda conectividad mayorista para acortar la brecha digital entre las pequeñas localidades y las grandes ciudades, además de ubicar a la Argentina entre los ocho países del mundo que producen y operan sus propios satélites. .
Según denuncian los trabajadores y trabajadoras la gestión libertaria viene llevando a cabo un vaciamiento silencioso: los empleados todavía no recibieron los aumentos salariales acordados en las paritarias del 2023 y un 15 por ciento del personal altamente calificado decidió abandonar la compañía debido a esos atrasos salariales y a la falta de nuevas inversiones en la empresa, relevó Infogremiales.