El Gobierno Nacional denunció como “violencia institucional” las críticas, acusaciones y cánticos en defensa de la educación pública y de Aerolíneas Argentinas que un grupo de pasajeros le dedicó a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, durante un traslado interno en el Aeroparque Jorge Newbery. “Es grave, jurídica y socialmente hablando, que se tolere cualquier tipo de violencia en el ámbito laboral”, opinó el secretario de Trabajo, Julio Cordero, a través de un comunicado.
Según la definición extendida internacionalmente, la violencia institucional es aquella que ejercen los representantes del Estado: policía, fuerzas armadas y de seguridad, y funcionarios de los tres poderes del Estado en todos sus escalafones. De la misma manera lo interpretan áreas del Gabinete que Cordero integra, como la Secretaría de Derechos Humanos, que aún mantiene –al menos en su existencia virtual– el área de “Violencia institucional”. Allí figuran las líneas de contacto para radicar denuncias para las personas que fueron víctimas o sufrieron “un hecho de violencia por parte de agentes de fuerzas de seguridad o funcionarios públicos”.
Pettovello y el secretario de Educación, Carlos Torrendell, fueron escrachades durante el traslado desde el avión con el que regresaron de Jujuy hacia el edificio de Aeroparque. Varias de las personas que compartieron el bus interno con les funcionaries les reconocieron y expresaron su repudio y rechazo a las políticas del gobierno de Javier Milei.
El sábado al mediodía, Pettovello publicó un breve repudio en su cuenta personal de la red social X y dijo que están “investigando”. “Fue una acción cobarde y antidemocrática de personas que viajaban en grupo”, escribió la ministra. Luego, fue Cordero el que tomó las riendas del tema. El funcionario firmó el comunicado en el que el Gobierno condenó el episodio y lo calificó como “un claro ejemplo de violencia institucional” en base a una peculiar interpretación del Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que brega por ámbitos laborales libres de violencia e insta a los Estados a garantizar que no haya vínculos violentos entre trabajadores de un mismo espacio.
Para ampliar la interpretación, el descargo oficial incluye declaraciones atribuidas a Cordero: “El Convenio 190 es claro: no se puede violentar a una persona en su ámbito de trabajo bajo ninguna circunstancia. Este ataque, dirigido hacia una funcionaria pública en ejercicio de sus funciones, no solo es moralmente inaceptable, sino que además constituye una violación grave en términos jurídicos”. Según el texto, difundido a través de la cuenta oficial de Capital Humano en X, las “agresiones” sufridas por los funcionarios con más poder en el área, “representan una vulneración directa de los derechos fundamentales y, en este caso, es un ejemplo claro de violencia institucional al dirigirse contra una figura pública en el ejercicio de sus responsabilidades”.
“Es grave, jurídica y socialmente hablando, que se tolere cualquier tipo de violencia en el ámbito laboral. Este tipo de actos debilitan nuestras instituciones y los valores democráticos que debemos proteger”, agregó Cordero. El texto concluye con una provocación a las personas que que criticaron a Pettovello y Torrendell: “Mientras la ciudadanía exige ajustes en los privilegios de la casta política, la Ministra Pettovello opta por utilizar el transporte público disponible para todos los ciudadanos, lo que hace aún más incongruente la agresión sufrida”. Existen versiones que indican que el Gobierno evalúa avanzar con una denuncia penal.
El episodio tuvo lugar el viernes, en un bus interno en el que coincidieron Pettovello, Torrendell y el resto del pasaje de un avión que aterrizó desde Jujuy. En un principio, la ministra y el secretario sonrieron ante cánticos como “Aerolíneas no se vende” y “Universidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode”. “No te rías, dejá de ajustar al pueblo”, acusó un hombre. “Devolvé los alimentos”, sumó una mujer, en relación a los allanamientos a comedores barriales que Capital Humano aplicó meses atrás. Entonces, Pettovello no se aguantó: “Ganamos las elecciones, esto es democracia, bánquensela”, respondió. El intercambio se volvió viral en las redes sociales ese mismo día.
Durante el mediodía del sábado, y a través de su cuenta de X, la ministra insistió con la idea de “libertad”: “Lo que ocurrió no fue un acto espontáneo, sino una acción cobarde y antidemocrática de personas que viajaban en grupo. Estamos investigando. Aprendan a convivir con la discrepancia y respeten la democracia. Perdieron, acostúmbrense”, posteó.