Desde el anuncio del Gobierno Nacional, de dejar al país sin obra pública, las empresas constructoras se tienen que adaptar a la nueva realidad. A esto se suma la cantidad de desocupados en el rubro, que, según la UOCRA de Tierra del Fuego, llegan a 900 personas.

De las empresas constructoras instaladas en la isla, todas tienen alguna obra pública inconclusa, que hasta el momento no han podido reanudar. Hay empresas que se dedican solo a la actividad privada, otras tienen mezclada la actividad privada con la pública y otras solo se dedican a la obra pública. Por ejemplo, en la zona norte de la isla muchas empresas prestan servicios para el sector petrolero. Mientras que en Ushuaia la actividad privada de obra pública siempre recayó en la parte turística.

Pero cuando se interrumpió la obra pública, las obras quedaron paradas, con certificados de obra que quedaron sin actualización. Y las empresas comenzaron a cobrar los certificados con retrasos, por lo que piden actualización de los montos, con muy poca respuesta favorable.

Si bien esa interrupción de obra pública no es tal, ya que tanto el gobierno de la provincia, como los municipios deben ejecutar obras que se tiene que hacer, lo hacen con recursos propios, ya sea desviando fondos específicos, o tomando ingresos de otro lado, como por ejemplo, de las regalías petroleras.

La mayoría de las empresas constructoras, como no han tenido movimiento, se están manteniendo con alguna obra particular. “Dentro de las empresas de la Cámara, no tenemos mayores deudas, pero tampoco estamos gastando nada, por eso es que estamos tratando de retomar algunas obras para generar el movimiento mínimo”, dijo el presidente de la Cámara de la Construcción de Tierra del Fuego, Daniel Wallner, por FM La Isla.

“Lo único que pretendemos es poder terminar todas las obras inconclusas. Ahora estamos tratando de reiniciar las obras antes de fin de año, pero estamos en etapa de dialogo”, informó.

En el paquete de 500 viviendas del IPV que quedaron sin terminar, hay 250 personas que podrían estar trabajando, si se reactiva.

“En la UOCRA hablan de 900 personas desocupadas, y si se reactiva algo se va a poder incorporar solo a la mitad”, concluyó Wallner.