El ex convencional constituyente Jorge Rabassa, uno de los redactores de la Constitución provincial vigente, se manifestó “muy ofendido” por la iniciativa oficialista de reformar la carta magna.
“Dicen que la constitución de la provincia es una cagada, y hay artículos que ni siquiera se han puesto en marcha. Estos genios se dan cuenta ahora que la mitad de la constitución hay que tirarla por la ventana, que esos 75 artículos son hojarasca”, dijo Rabassa por Radio Provincia.
Según Rabassa la reforma es “usada para cubrir los verdaderos intereses de los que impulsan estos cambios, que es lograr que las elecciones para determinados cargos puedan ser ilimitadas, para llegar a un proceso antidemocrático por el cual los que se apoderan del gobierno permanecerían en uso del poder por siempre”.
“Me siento ofendido porque estoy entre los que escribieron esos 75 artículos que estas personas consideran inservibles”, afirmó el geólogo, y aseguró: “Mi contribución fue hecha con la máxima responsabilidad en ese momento, los radicales propusimos el concejo económico y social, para solucionar los problemas sociales de la comunidad, pasaron más de 20 años y siempre hubo razones o sin razones para no reglamentar ese artículo”.
“La sabiduría de la constitución del 91 previó la posibilidad de que un artículo se volviera obsoleto en función de los cambios que la sociedad fuera implementado, hay un artículo que dice que la legislatura puede realizar la enmienda de los artículos que se consideren que puedan ser modificados, sin necesidad de estos manejos antidemocráticos que intentan transformar nuestro estado democrático en uno autocrático, algunos que pretenden que el poder quede en manos de unos pocos para hoy y para siempre”, señaló.
“Nunca nadie se me acercó a decirme que lo que propuse es una porquería. ¿Cómo hicieron estos señores para descubrir que estos 75 artículos son inservibles?”, cuestionó.
“Aquí lo que se busca es que los cargos ejecutivos no tengan limitación alguna, esto la gente tiene que saberlo cuando vaya a votar. Está claramente explicado en la constitución que el espíritu que prevaleció en ese momento era de que ninguna manera pueda dar continuidad ilimitada o influencia excesiva de las autoridades como candidatos en una eventual elección constituyente. Quien no lo quiera leer de esa manera es porque tiene intereses personales muy arraigados, de modo que haya una modificación de la constitución en esos términos”, concluyó.