El FBI identificó al tirador contra el expresidente Donald Trump como un hombre blanco originario de Pensilvania que responde al nombre de Thomas Matthew Crooks. El agresor de 20 años estaba registrado como votante republicano de acuerdo a la información censal disponible a la que tuvieron acceso distintos medios estadounidenses. Crooks fue víctima de bullying y había sido visto en un club de tiro de su localidad, Bethel Park, según relató un joven que coincidió con él en el instituto escolar. Se desconocen hasta el momento cuáles fueron sus motivaciones y si era lo que se conoce como un “lobo solitario” o contó con algún cómplice.

Jason Kohler, un adolescente que este domingo se acercó junto a un amigo al perímetro de seguridad que la policía montó frente al domicilio de Crooks, dijo que su hermano coincidió con Crooks en el club de tiro de la ciudad, sin ofrecer más detalles. Describió a Crooks como un chico que sufrió bullying, pero agregó que “no lo conocía mucho como para hacer comentarios sobre él” y que era alguien “que iba vestido como cualquiera”.

La casa de Crooks está ubicada en una colina de Bethel Park, en un barrio de casas bajas con jardín, construidas con ladrillos rojos, típicas de clase media acomodada. El movimiento este domingo era muy escaso y no se veía a casi nadie por sus calles. La policía estatal de Pensilvania rodeó cuatro manzanas en torno a la casa de Crooks, donde según el diario New York Times los investigadores encontraron un explosivo, además de otros dos hallados en el vehículo del agresor.

Crooks estaba afiliado al partido republicano y las próximas elecciones del 5 de noviembre serían las primeras presidenciales en las que hubiera podido votar. Cuando Crooks tenía 17 años hizo una donación de 15 dólares a ActBlue, un comité de acción política que recauda dinero para políticos progresistas. El padre de Crooks es libertario y su madre fue demócrata, según información citada por el New York Times.

Crooks manejó unos 70 kilómetros desde Bethel Park para llegar a la ciudad de Butler, donde se realizaba el último acto de campaña de Trump antes de la convención republicana que lo oficializará como candidato presidencial. Matthew Crooks, de 53 años y padre del agresor, le dijo a CNN que estaba tratando de descubrir qué sucedió y que esperaría hasta hablar con las autoridades antes de hablar sobre su hijo.

El arma utilizada por Crooks, un modelo AR semiautomático, no fue adquirida por él sino por su padre, que la compró legamente. Se desconoce cómo el joven tuvo acceso a ella y si la agarró sin el conocimiento de su progenitor. Según los investigadores de la policía estatal de Pensilvania, el joven se subió al techo de un edificio cercano al lugar del acto que celebraba Trump y realizó varios disparos. Uno de ellos alcanzó al expresidente en la oreja derecha y lo hirió levemente. En el tiroteo falleció un asistente al acto y dos personas resultaron gravemente heridas.

El FBI, que investiga el ataque contra Trump como “potencial terrorismo interno”, dijo este domingo en rueda de prensa que era “sorprendente” que el atacante hubiera podido efectuar tantos disparos antes de ser “localizado y neutralizado” por los francotiradores. Varios testigos aseguraron haber visto al hombre antes del tiroteo e indicaron que alertaron a las autoridades. La policía de Butler declaró que había “respondido a varios informes de actividad sospechosa”.