“No pienso votar las facultades delegadas porque no me genera confianza este Gobierno”, había asegurado en mayo. La excusa del senador para su cambio de postura fue que la Casa Rosada había accedido a retirar Aerolíneas Argentinas, el Correo y RTA de la lista de empresas sujetas a privatización y la supresión de la moratoria previsional, dos de sus reclamos.
Javier Milei consiguió que el Senado le votara las facultades delegadas tras un nuevo desempate de Victoria Villarruel y se vio beneficiado por la ausencia de los santacruceños.
Natalia Gadano y José Carambia, que habían votado en contra de la ley en general minutos antes, se pararon de sus bancas en el momento de votar el primer título de la ley en particular.
Sin esos dos senadores, la votación terminó 35 a 35 y Villarruel desempató a favor del oficialismo. Fue clave el voto a favor del radical Pablo Blanco, que de esa manera se diferenció de sus compañeros Maxi Abad y Martín Lousteau y facilitó la aprobación.
El entorno del senador fueguino había dejado trascender poco antes de la votación en general de la ley que cambiaría el sentido de su voto.
La excusa fue que la Casa Rosada había accedido a retirar Aerolíneas Argentinas, el Correo y RTA de la lista de empresas sujetas a privatización y la supresión de la moratoria previsional, dos de sus reclamos.
Hace solo un mes atrás Blanco había señalado a los medios: “No pienso votar las facultades delegadas porque no me genera confianza este Gobierno”.
“Le tendría confianza a alguien que esté dispuesto a cumplir con la Constitución. Ustedes desde el inicio emitieron un Decreto de Necesidad y Urgencia que se va de patadas con la Constitución, y nunca se prestaron a la discusión de ese DNU. Entonces, a Alberto Fernández no le voté las facultades delegadas y no se las pienso votar a este Gobierno porque no me genera confianza”, confirmó.
Blanco argumentó que esa falta de confianza que le tiene al Gobierno Nacional se debe a que considera que hacen “una lectura interesada” de la Constitución, obviando las últimas reformas de 1994, y aseguró que toman con “mucha ligereza” la delegación de facultades al jefe de Estado. El Senador cambió de opinión.
