Entre las medidas para la desregulación de la economía anunciadas anoche en el megadecreto del presidente Javier Milei, las del rubro de la salud también hacen lo propio en relación a los medicamentos y vacunas: tienden a retirar la intervención estatal de su producción, distribución y comercialización.

Se desfinancia la producción pública a bajo costo. Se autoriza la comercialización (de los de venta libre) en cualquier tipo de comercio. Y hasta se termina con la obligatoriedad de que haya un profesional idóneo presente en la farmacia. Los especialistas consultados en esta nota coinciden en que se trata de paquete de modificaciones que en su mayoría -y en oposición al objetivo con el que se las justifica- no sólo no bajarán los precios de los medicamentos, sino que “parecen impulsadas por las cámaras de propietarios de grandes farmacias”.

A través del artículo 313 del DNU, se sustituye el primer y segundo párrafo del artículo 1° de la Ley 17.565, que reglamenta el ejercicio de las farmacias, donde se elimina la exigencia de que “los medicamentos denominados de venta libre y de especialidades farmacéuticas, cualquiera sea su condición de expendio, sólo podrán ser efectuadas en todo el territorio de la Nación, en farmacias habilitadas”. También deja sin efecto lo que establecía la ley, que determinaba que “la venta y despacho fuera de estos establecimientos se considera ejercicio ilegal de la farmacia”.