Durante el acto en La Plata de ayer, la expresidenta ironizó acerca de las “ideas del pasado” que quieren instalar desde la oposición. Aunque no los mencionó con nombre y apellido, señaló al padre de la convertibilidad y al candidato libertario.

“Quieren instalar las ideas del pasado que ya fracasaron”. Con esas palabras, Cristina Kirchner le dedicó un largo tramo de su discurso en la clase magistral de la Escuela Justicialista Néstor Kirchner en el Teatro Argentino de La Plata al planteo de sectores de la oposición que proponen una dolarización. La vicepresidenta volvió a apuntar a la economía bimonetaria y lanzó fuertes críticas a Domingo Cavallo y al candidato libertario, Javier Milei, a quien definió como el “discípulo con más pelo” del padre de la convertibilidad.

“La convertibilidad fue una idea o una solución que se le ocurrió a un señor de ojitos claros (en alusión a Domingo Felipe Cavallo) que luego fue ministro de Economía, que también tiene discípulos de ojitos claros ahora en el presente que dicen que fue el mejor Ministro”. Esta vez, la ironía fue hacia el diputado de la Libertad Avanza, Javier Milei.

“Con más pelo, aquel era clavo, no estoy adjetivando, esto es una descripción, no una valoración”, apuntó la vicepresidenta.

Cristina recordó las máximas que reinaron durante la gestión de Cavallo en la década de 1990. “Dijeron que un peso era igual a un dólar, fue la dolarización de la economía. Una dolarización no extrema de moneda, pero fue una dolarización”, planteó. En este aspecto, recordó que esas políticas significaban una “disciplina fiscal muy dura pero también que primero hubo que capturar todos los plazos fijos de los bancos y el déficit casi fiscal del Banco Central”.

“La convertibilidad se sostuvo con los dólares de las privatizaciones y cuando se acabaron, con los dólares del endeudamiento que la Nación tomaba para que la base monetaria estuviera respaldada”, concluyó en su explicación.

Qué fue la Convertibilidad

La Ley de Convertibilidad del Austral, ley n.º 23 928,1 fue sancionada el 27 de marzo de 1991 por el Congreso de Argentina, durante el gobierno de Carlos Menem, bajo la iniciativa del entonces ministro de Economía Domingo Cavallo, y estuvo vigente durante casi 11 años hasta su derogación el 6 de enero de 2002.

Establecía que, a partir del 1 de abril de 1991, una relación cambiaria fija entre la moneda nacional y la estadounidense, a razón de 1 dólar estadounidense por cada 10 000 australes o posteriormente un Peso convertible.

Exigía la existencia de respaldo en reservas de la moneda circulante, por lo que se restringía la emisión monetaria al aumento del Tesoro Nacional. El período en que duró la ley de convertibilidad se llamó popularmente el “uno a uno”, en clara referencia a la igualdad del peso frente al dólar estadounidense.

Cristina recordó durante su discurso en La Plata que la convertibilidad le explotó al gobierno de Fernando De la Rúa y no “al que la había creado”. “Pero la campaña de la Alianza – insistió -, para llegar al poder, había sido ‘vamos a sostener la convertibilidad’, y terminó todo como empezó: con la captura de todos los plazos fijos más todos los depósitos”.

“Salió la gente a la calle, muertos, violencia, represión. Esta la historia de la convertibilidad en la República Argentina, que es la historia de la dolarización”, recordó la vicepresidenta.

“En esta Argentina circular, el pasado aparece otra vez en el presente. Hoy estamos en una situacion en la que figuras, ideas y hechos del pasado parecen querer venir a instalarse para condicionar el presente y tal vez frustrar el futuro. Por eso, es muy importante generar espacios como el de la Escuela Justicialista, que no es de capacitación técnica, sino de análisis político”, sostuvo la vicepresidenta. Y agregó: “Muchas veces nos encontramos con técnicos o intelectuales que saben todo, pero tal vez no entiendan nada”.