La referente de las empleadas domésticas de la provincia, Dora Sánchez, se refirió a los polémicos tuits de los rugbiers, que tomaron trascendencia en los últimos días, y que generaron un repudio generalizado por su contenido racista y discriminatorio.
“Es de toda la elite que los incluye a ellos. Esa sociedad pseudo oligarca que por tener dos pesos más se cree que tiene derecho a vulnerar nuestros derechos”, dijo Dora por FM Del Pueblo.
“No es la primera vez, porque hubo un libro de una legisladora del PRO, “Cómo sobrevivir a una empleada doméstica”.
En 2016, en pleno auge del gobierno macrista, la legisladora del PRO, Mercedes de las Casas cobraba fama luego de que los medios se hicieran eco de su libro publicado en 2007 junto a su madre, titulado “Cómo conseguir mucama y no perderla en 7 días”.
Según la contratapa, el libro es una “guía de uso cotidiano, de fácil comprensión, con una literatura fresca y de rápida lectura” que apunta a mujeres “nuevas en el rol de Señoras de la Casa” que se sienten desbordadas en su rol de dirigir el “personal con una de cal y una de arena”.
La idea es que estas neófitas en el “manejo de personal” puedan evitar, a partir de la lectura de la guía en cuestión, los “tan odiados dolores de cabeza que generan las pérdidas repentinas y el abandono espontáneo de los puestos de trabajo que ofrecemos en nuestras casas”.
“Me dio mucha bronca y vamos a buscarle el lado bueno, que está saliendo a la luz”, opinó Dora.
Luego de que la presidenta Cristina Fernández, decretó el primer aumento para las trabajadoras de casas particulares, Dora relató una situación particular que vivió por aquellos días:
“Mis empleadores me dijeron: vos sos tarada? Quién es la presidenta para decir lo que yo te puedo pagar?”
También se refirió a la cantidad de chicas que quedaron sin trabajo durante la pandemia: “Acá hay muchos que son políticos, comerciantes, que tienen su buen pasar, y las han obligado a ir a trabajar, no les pagaron o las tienen en negro. Acá tenemos también ese tipo de personajes, que por estar en funciones públicas se piensa que pueden hacer lo que quieren”.
“Esa forma de menosprecio a nuestro trabajo es terrible y por suerte está saliendo a la luz. Hace dos años las chicas que trabajaban en nordelta no podían usar el transporte público porque tenían olor a lavandina. Esto se tiene que terminar, no puede ser que nos sigan tratando así”, concluyó.